Encuerpamos el mito de Inanna, que en otoño e invierno —cuando, en la noche del tiempo, la tierra recupera su fuerza para florecer en primavera y verano— desciende al inframundo para morir y revivir. Este es el viaje de la heroína, un mito que tiene miles de años y poca cabida en un mundo de producción constante y apego por la luz de la razón que no permite detenerse en lo desconocido, en la oscuridad del misterio.
Pero cuando nos rompemos, sentimos una tristeza profunda, pasamos por un duelo, una ira, una vergüenza, lo que sea, estamos en un momento de iniciación en nuestro viaje cíclico, estamos siendo hijas de Inanna.
A las puertas del solsticio, hago recuento de bendiciones y heridas en mi querido cuaderno y me preparo para lo que venga.
El viaje de la heroína: oscuridad
